sábado, 14 de junio de 2014
SIMBOLISMO ASTROLOGICO DE LOS CUATRO ELEMENTOS
SIMBOLISMO MITICO Y FILOSOFICO DE LA ASTROLOGIA: LOS CUATRO ELEMENTOS ¿Qué es la Vida?. Antes que la Vida existiera, existía el Caos, la Oscuridad, el No Ser. La Vida viene a la existencia con el rayo de Luz del Pensamiento divino y se expresa como Luz, que en Metafísica se la considera el SER y la EXISTENCIA manifestada del SER. La Vida y la Luz son una misma cosa y se les atribuye las mismas propiedades. A la emanación de la Vida, los griegos la llamaron Naturaleza. Como la Vida es Una, los conceptos de Vida (Eros-Tauro) y Muerte (Tanatos-Escorpio) son relativos ya que son los ciclos en los que la Vida manifiesta su emanación. Pero la Naturaleza de nuestro globo, que es una forma peculiar de Vida, expresa su devenir en el flujo y reflujo alterno de los Cuatro Elementos del que nos hablan todas las culturas antiguas. La Vida de la Naturaleza (Gea, o Diosa para las mitologías antiguas) era para las cosmogonías míticas ese Ser creado por los Cuatro Elementos que representaban a los “Cuatro Reinos de la Naturaleza: reino mineral, vegetal, animal y humano”. Esta concepción de los reinos implicaba que con sus especies y géneros eran parte de sí misma como identidad, así que la consideraban como un ser vivo que los griegos llamaron soma al reino vegetal, psiquis al reino animal; y al humano le concedían el término noético porque participa del reino de los daimones o dioses. Empédocles (siglo V a.d.c.) dice: “Cuatro son las raíces de todas las cosas: Zeus (fuego), Hera (tierra), Edoneo (aire) y Nestis (agua), no hay nacimiento ni muerte, sino sólo mezcla y disolución de los elementos y nacimiento, que es como lo llaman los hombres, pues no puede nacer algo de la nada, ni es posible que algo muera por entero. El Uno se dividió en muchos y luego a partir de los muchos se vuelve Uno. Unas veces reuniéndose todos los seres en Uno por la atracción magnética del Amor, otras separándose por la fuerza de la repulsión del Odio. De modo que el Amor (atracción) y el Odio (repulsión) por turno, dominan en la evolución. Cuando los elementos físicos están reunidos existe el cuerpo y, cuando se disgregan, es la muerte. Al final de cada ciclo los elementos son los mismos, que pasan unos a través de otros y nacen así cada vez de una forma. De estos elementos vienen cuantas cosas fueron, son y serán: minerales, vegetales, animales, hombres, dioses, astros… Así el Uno y lo múltiple son dos etapas que alternan cíclicamente, marcadas por el predominio del Odio o el Amor… el Amor está la semilla del Odio, y en éste se halla así mismo la semilla de aquél (el ying yan oriental). En el momento en que la Naturaleza se manifiesta empiezan a tener personalidad los cuatro elementos que provienen de uno sólo”. Heráclito completa estos fragmentos diciendo que la muerte del Fuego, es el nacimiento del Aire y la muerte del Aire el nacimiento del Agua, y se tendría que añadir, que a ésta le sucede el nacimiento de la Tierra. El Uno por su Voluntad (Aries) se dividió por el Amor (Tauro) y se manifestó en muchos (Géminis) – se forma así la primera Tríada-; y luego (pasando por los Signos del Zodíaco, le llega el turno a Escorpio) el Odio (la Muerte), que se vuelve a integrar en el Uno (resucita en Piscis). Amor (Tauro) y Odio (Escorpio) por turno oscilan vibrando con plasticidad porque sus variadas formas se adaptan al medio en que se desenvuelve la vida (Aire); elasticidad, porque toma formas variadas que van cambiando a lo largo del tiempo (Agua); homogeneidad en una vida única pues todas las formas de vida participan de la misma sustancia, de la misma naturaleza (Fuego); e inmóvil (Tierra) ya que lo abarca todo y lo contiene todo, no puede moverse pero vibra, permitiendo que las formas se desplacen en ella. . Cuatro Elementos que tienen su raíz en el mismo Elemento (El Eter) que se haya en permanente generación de formas (ley universal regida por Marte). De ellos, devienen cuantas cosas fueron, son y serán: minerales, vegetales, animales, hombres, dioses, astros. Todas las formas conocidas proceden del Amor; se disgregan por el Odio; y al Uno han de volver por medio del Amor. Por tanto, la generación producida por el Uno –el universo, se muda cíclicamente, por el predominio del Odio o del Amor alternativamente. En el Amor está la semilla del Odio, y en éste se halla así mismo la semilla de aquél. Así Eros (Tauro) y Tánatos (Escorpio) son dos modos de manifestación cíclica de la Vida: nacimiento y muerte es el eterno retorno de la Rueda Zodiacal, la perpetua generación polarizada de la Vida, de la cual el Destino participa de esa ciclicidad de EROS-Día-Vida-Naturaleza-Manvántara y de TANATOS-Noche-Muerte-Sueño-. Entonces para Empédocles la Naturaleza se crea a partir de los cuatro alquímicos y astrológicos Elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra) que mezclados dan forma a toda la creación; no hay pues nacimiento ni muerte, sino sólo mezcla y disolución de los elementos: no puede nacer algo de la nada, ni es posible que algo muera por entero.¿De dónde nacen los Vivos?: de los Muertos. ¿Y los Muertos?: de los Vivos. ¿Qué es la Muerte, entonces? Puede concebirse como el cambio de formas que se produce porque existen innumerables clases de ellas, todas participando de la misma sustancia y desplazándose en ella. En nuestro lenguaje astrológico y simbólico se trata de la mutación de los elementos: fuego, aire, agua y tierra, unos en otros tal y como nos legaron los filósofos presocráticos. La simbología astrológica que subyace en la raíz de todo tipo de simbología, representa cada uno de los planos o reinos de la naturaleza con sus diferentes formas de expresión: el reino mineral-tierra, el reino vegetal-agua, el reino animal-aire y el reino humano-fuego. De esta manera los Cuatro elementos se verán reflejados en nuestras capacidades cognitivas cuya ontogénesis reproduce la filogénesis, siguiendo la Ley de la Analogía: fuego la intuición; aire, mente-razón; agua-mundo afectivo; y tierra las plasmación de los anteriores. En el transcurso de la mudanza de cada uno de estos planos, estados o principios se produce un caos o corrupción que podemos llamar muerte, la cual se asocia a la obscuridad, la separación, a la noche.
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